No es fácil tomar decisiones, especialmente cuando implican cambios tan grandes como dejar atrás cierto tipo de estabilidad y lanzarte al mundo con una mano delante y otra detrás. Cuando eso implica que serás sujeto de críticas más destructivas que constructivas porque vivimos en la sociedad en que vivimos, donde, si el color de tu lana es un poco más oscura que la del resto del rebaño, ya estás llamando la atención.
En los últimos meses he tenido que tomar montones de decisiones, todas relacionadas entre ellas. Hacer balance, valorar los costes de oportunidad. Todo un ejercicio que conlleva un gran proceso de retrospección y que deriva, decisión tomada, en un punto de inflexión.
Hoy me he levantado extraña. En pleno punto de inflexión los recuerdos del pasado y las expectativas del futuro pasan fugaces de un lado a otro de mi cerebro. Es una guerra constante, pero intento olvidarla mientras preparo la mochila y escucho a Benny Goodman. (El jazz acelera la cura de las heridas). Nunca me ha gustado preparar equipaje, pero hoy entre nervios y algún que otro miedo me enfrento a ello con una extraña emoción. Esta vez la mochila es de verdad: no lleva pequeñas piedrecitas sino ropa vieja y los medicamentos suficientes para combatir el “mal de estómago”. Tic tac, ya suena la cuenta atrás. No hay tiempo para regodearse en la nostalgia; hay que prepararse para el país de los contrastes y los mil dioses.
A veces estos cambios son necesarios y de ellos pueden hacerse muchas y diversas lecturas. Huida, tierra de por medio, búsqueda, tachar un renglón de la lista de cosas pendientes… en cualquier caso, no se sabe lo que supondrá hasta que llega, se vive y finalmente se valora. Todo cambio tiene un coste de oportunidad, sólo hay que estar dispuesto a enfrentarse a uno mismo y a lo que desea en lo más profundo de esos sentimientos que son, en ocasiones traicioneros, sin importar el color de la lana… porque si nos detenemos a mirar a nuestro alrededor veremos que ese blanco inmaculado de algunos no es más que un mero disfraz, acorde con la comodidad de la vida que, más que elegir, les ha tocado, resignándose a ella.
animo wei!
ResponderEliminarHas tomado una decisión valiente y ya nunca mas será lo mismo. Lo importante es que la has tomado tu y esto te hará crecer como persona. Tienes el apoyo de los que te quieren y eso es importante.Candas
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