domingo, 21 de agosto de 2011

Varanasi: Entre la vida y la muerte, lo sagrado y lo profano

Recien llegada a Jaipur, previa parada de reposo en Agra, para visitar una de las maravillas del mundo y aliviar mi estomago que despues de un mes decidio ponerse rebelde, transcribo unas lineas sobre Vanarasi, anterior destino, que tengo escritas desde hace unos dias - la ultima noche alli, (mientras se gestaba la bacteria en mi estomago):

"Jueves 18 de agosto - Varanasi, Benares, Kashi o la ciudad de la luz
...Y podria definirse de mil maneras mas. Hoy ha llovido, ha sido un dia oscuro, triste, ha transcurrido mas lento de lo normal, al ritmo de todos los ritos religiosos que tienen lugar a lo largo del dia: Visitas a templos, ofrendas, bendiciones, abluciones y cremaciones entre tantas otras.


En Varanasi huele a suciedad, excrementos sagrados y religion. Si en la India ya existe cierto fanatismo religioso y devocion extrema, en Varanasi la intensidad es aun mayor. Es la ciudad de todas las religiones, de la luz, la ciudad de Madre Ganga, la ciudad que, en su dia bajo dominio musulman, y despues practicamente derruida, es hoy el destino elegido por muchos hindues para morir.


Las familias aguardan en cola junto a los cuerpos (banados previamente en el Ganges) para incinerar, dispuestos sobre una camilla de bambu y tapados con una tela de diferente color segun la edad o genero del fallecido; solo se libran de la cremacion aquellos mordidos por una serpiente, los sacerdotes o los ninos, porque por esas razones ya se consideran sagrados de por si. No hay lagrimas, ni el menor sintoma de tristeza, solo los llamados "intocables" (por ser de la casta mas repudiada), trabajando sin parar, trasladando lena (va al peso y hay de diferentes variedades. A mejor calidad, antes arde), removiendo las cenizas que despues seran arrojadas al Ganges por algun miembro de la familia.


Es un ritual sagrado para ellos, pero eso no impide que los turistas podamos acercarnos a mirar. Lo sagrado se codea con lo profano en una de las ciudades mas pobres de la India a cambio de unas rupias. Las fotos estan estrictamente prohibidas. Desde lo alto de un edificio contemplo las seis o siete hogueras: en la mayoria solo hay cenizas, otras estan siendo preparadas y se ven llegar camillas. Hay una con el cuerpo de una mujer que esta tardando en quemarse. Poco a poco la tela va desapareciendo entre las llamas...


Ser incinerado en Varanasi es, para ellos, alcanzar la liberacion, romper la constante espiral de la vida y la muerte....


Al parecer, las tradiciones en Varanasi perduran, pero para el visitante extranjero se ha acabado convirtiendo en otro simple recorrido turistico. Benares ya no es lo que era despues del torrente de turistas que la ciudad atrae y gracias a los cuales algunos hacen verdaderos negocios y fortunas. El acoso no cesa ni siquiera a las cuatro de la manana. En la misma puerta del hotel espera un tipo para ofrecer un paseo en barco a precios desorbitados pero justificados porque "la marea es muy fuerte y el agua esta muy alta como para navegar el Ganges facilmente". Cuando regresas de contemplar las abluciones, al amanecer otro se ofrece a "sujetarte el paraguas solo para ti, no problem".


La tension religiosa se palpa en el ambiente; tambien la pobreza, que justifica hasta cierto punto que algunos traten de buscarse la vida como pueden. Si la vida en la India es caotica y confusa para el visitante, Varanasi lo es especialmente. Recibimos el dilema moral cuando menos lo esperamos. Hay que saber resistir con fortaleza las imagenes que aparecen ante los ojos, porque es imposible distinguir las que son verdaderamente reales y las que llevan algo de "maquillaje".


Hoy he visto imagenes extremadamente impactantes, pero sigo sintiendome una espectadore, precisamente en esta ciudad que tanto atraviesa el alma (y los pulmones). Varanasi es digna de contemplar como ciudad a pesar del sucio color del rio. Los edificios, contemplados desde la barca en el Ganges, junto a los ghats, hacen de ella una maravilla digna de relatar, de narrar, de fotografiar, de no borrar de la memoria. Sin embargo, la unica manera de encontrar la paz y el descanso, de evitar contemplar miseria y a los ganchos de turistas, es en las agradables terrazas de los hostales, donde, solo con el murmullo del rio, los graznidos de los cuervos y algun que otro cantico de fondo, es posible relajarse y hablar de Varanasi"

1 comentario:

  1. Paula!! Qué impresionante leer lo que pones de tu viaje. Espero que tu estómago haya mejorado, y que estés encontrando todo lo que habías ido a buscar.
    Informarte de que ya sabemos que vamos a tener un niño!! Se va a llamar Diego y como te imaginas es ya el Rey de la casa ( tendrá que competir por el título con Hommer).
    Muchos besos y disfruta. Raquel JGC

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