jueves, 5 de enero de 2012

Feliz hipocresía


Felices fiestas. Feliz navidad. Feliz año. Felices reyes. Todo son comilonas, fiestas y regalos. Y que se pare el mundo porque cambiamos de año. Los comercios cierran antes para que todo el mundo pueda ir a sus casas a preparar el cenorrio del día 31 y oh, grandes trabajadores españoles, la jornada laboral se reduce unas horas (que pena que no puedan ser más porque las fiestas hayan caído en fin de semana) y los afortunados reciben un par de días libres para poder ir a casa. Nada nada, a olvidarse de hacer vida normal del 23 de diciembre al 6 de enero. Ni los históricos monasterios de importantes pueblos pueden visitarse porque han cogido vacaciones como los escolares. Atiborrémonos mientras podamos. El pavo en navidad, el cordero en nochevieja y el roscón en reyes.

Y mientras cambia el gobierno-así es menos duro-, se proponen los recortes, las subidas de impuestos y el paro aumenta.

Pero oye, la Gran Vía intransitable, las colas de las tiendas quilométricas y los restaurantes a rebosar. Eso sí, las luces de Madrid este año brillan por su ausencia.

Ah, y grandes fechas estas para pasar con la familia, “porque claro, es que es imposible juntarnos todos en otro momento…”

Como molan las navidades…  (Pero, ¿Qué narices pasa en este país?)


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